Y es vergonzoso. No el hecho de que se hayan fabricado pocas unidades del terminal, cosa que debería haber sido solventada por Apple hace tiempo y que implica un nefasto estudio del mercado con el que se determinan el número de unidades a fabricar, y hacia dónde enviarlas. El problema es sobre la mentira.
El 11 de julio era el día que muchos esperábamos. Telefónica lo confirmó el 4 de junio, y aquí empieza lo que para mi no es más que un engaño hacia el posible cliente, una farsa y un modo de tomarnos por tontos: más de un mes fue lo que tardó Telefónica en comunicarnos sus tarifas, justo ayer, menos de 24 horas antes del “lanzamiento” oficial. Pero la broma más gorda es la siguiente.
A las 10.00 horas se abrían, supuestamente, casi la totalidad de las tiendas relacionadas con Telefónica/Movistar para iniciar la venta del iPhone 3G. Hasta aquí ningún problema, pero lo grave es que la gran mayoría de tiendas o bien no han recibido ningún stock, o bien han sido tan pocas unidades que se han agotado enseguida.